jueves, 30 de agosto de 2012

Capítulo 3.

Capítulo 3.
Alex ya ha dejado las cosas en la habitación y está bajando las escaleras. Aun no ha terminado de bajar y puede ver que sus nuevas amigas están también con los chicos de esta mañana. Termina de bajar y todos se giran hacia ella.
-Has tardado mucho.- le dice Sara sonriente-. A ver, te presento. Este es Daniel,- señala al chico que le miró por la mañana-. este es Matt,- el intocable según Sara- Nick,- que está al lado de Lennon- y Jake.- que está al lado de Jade.
-Encantada.- todos se empiezan a reír cuando Alex dice eso, niegan con la cabeza y salen a comer.
- ¿Encantada? Aquí nadie es tan educado.- le explica Lennon mientras van cogiendo la comida,  si se puede llamar así. Una fila de personas va pasando por delante de la cocinera mientras esta va sirviendo en los platos una especie de pasta blanca que con solo verla entran ganas de vomitar.
-Lunes: puré de patatas.- le dice Jade mientras mira con asco el plato.
-No seas tan exagerada, no es tan malo, estamos en un internado, ¿qué te esperas?¿Caviar?- Daniel aparece a su lado como un fantasma y Alex da un pequeño respingo-. Perdón, no pretendía asustarte.- agarra del brazo a Alex y se quedan mirándose a los ojos.
-Chicos, que se enfría la comida.- grita Jade en sus oídos sacándoles de ese empanamiento.
Los dos andan hacia el resto del grupo, que están sentados en el césped. Se sientan y comienzan a comer. Cuando están casi terminando entre risas, de las pocas veces que Alex a conseguido sonreír en un tiempo, alguien le lanza algo y le da en la cabeza. Se gira y ve a Cam mirándola de reojo, para que Rachel no se de cuenta. Se da cuenta de que le ha tirado un papel, lo coge y lo abre. Dentro puede leer: "Dentro de media hora te veo en el gimnasio. Cam." 
-Ey, si el mimado ese alguna vez te hace algo me avisas, ¿eh?- le dice Daniel que está a su lado.
-¿Mimado?- le pregunta ella girando la cabeza.
-Sí, su padre es el director de el internado.- Daniel no le da importancia y sigue hablando con el resto.
A la media hora pone la excusa de que aún tiene que deshacer la maleta, que no miente, y va al gimnasio.
Cuando entra está totalmente a oscuras, no ve nada así que se pierde completamente. De pronto una leve luz se enciende en el techo, lo justo para distinguir a Cam en las sombras. 
-Has venido.- se acerca sonriente, pero ella se echa atrás, no se quiere acercar a él y no sabe porqué-. Tranquila no te voy a matar, todavía no sabes nada.
-¿Y qué tengo que saber?- le mira asustada, no lleva ni un día y ya le vienen con estas.
-¿Cuando tocarás conmigo? O, bueno, si quieres yo toco y tú cantas.- Alex niega con la cabeza-. ¿Porqué dices que no?
- Ahora no puedo, tengo que organizar las cosas.
-Ayer me pusiste la misma excusa.- se acerca a ella-. Solo es cantar.
-No me gusta cantar delante de la gente.
-Yo no soy cualquiera.- sonríe.
-Te conocí ayer, no tengo tanta confianza.
-Si tú supieras algo.-niega con la cabeza y se va.
Alex se queda pensando y vuelven a apagar la luz. Sale del gimnasio y va a su habitación.
Después de colocar todas sus cosas se vuelve a quedar dormida, las clases le han dado sueño. Unos toques en su puerta hacen que se despierte.
-¡Ya va!- dice levantándose a abrir. Cuando abre ve que al otro lado de la puerta está Daniel.
-¿Te quieres saltar la cena asquerosa y hacer un picnic conmigo debajo de la luna?- está feliz, con una cesta en la mano.-¿Qué me dices?
-Bueno, seguro que la cena de hoy no es mejor que la comida.
-Para nada, toca puré de verdura.
-Oh, Dios, que asco. Por favor, picnic.- dice Alex sonriente cogiendo las cosas y saliendo de la habitación.
Daniel le lleva a un sitio que ella no había visto en su expedición del día anterior. Al rededor hay muchos árboles, pero él le ha llevado a un pequeño claro.  
-¿Qué hiciste para acabar aquí, Alex?
-Pues...- no se lo había contado nunca a nadie, pero Daniel le daba confianza.
-Si no me lo quieres contar no pasa nada. ¿Sabes porqué estoy aquí?- Alex niega con la cabeza-. Mis padres ya estaban muy hartos de mí y yo de ellos. Un día me enfadé tanto cogí la vajilla preferida de mi madre y la tiré por la ventana.- ambos se ríen-. Una tontería, pero me alegro de haber acabado aquí.
-¿Cuántos años tienes?
-Dieciséis. 
- Igual que yo.- sonríen como tontos-. Y ¿con qué edad entraste aquí? Es decir, ¿con qué edad hiciste lo de la vajilla?
-Con nueve años.- Alex se queda asombrada, una edad muy corta para hacer eso-. Si quieres contármelo, estoy aquí.
-Un día llegué tres horas tarde a casa. Cuando llegué me miraron los brazos, temían que... bueno, ya sabes qué y no se equivocaban. Cuando mis padres vieron mis brazos se enfadaron, desde entonces casi no me hablan. Ahí decidieron traerme aquí.
-¿Porqué hiciste eso?
-Poco a poco. No estoy preparada para contar eso.
-No pasa nada, lo entiendo.- levanta el brazo y le pasa la mano por la cara hasta llegar a su cuello. Le sonríe y ella se siente mucho mejor, es algo raro. A Alex le da un escalofrío... y se desmaya.

martes, 21 de agosto de 2012

Capítulo 2.


Capítulo 2. 

El olor a tierra mojada despierta a Alex, que anoche se quedó dormida en cuanto se sentó en la cama. Ni si quiera deshizo la maleta. Mira el reloj y le queda todavía media hora para remolonear en la cama. Se le viene a la cabeza el momento que empujó a sus padres a llevarla allí, a ese lugar tan triste. No podía llegar más tarde de las 12, era la 1:30 y seguía en la calle, llorando por razones que evita recordar. No volvió a casa hasta las 3 y cuando entró por la puerta sus padres la estaban esperando con los brazos cruzados y en la cara se les cruzaba enfado y miedo. Miedo a que su hija... En ese momento suena el despertador. 
Alex se levanta, se viste con unos vaqueros cortos, ya que aún hace calor, y sale a la cafetería a desayunar, a la hora que ayer Rachel le dijo. Baja y ve a los que van a ser sus... ¿cómo decirlo? Bueno, con los que va a tener que convivir. No sabe si va a encajar, si le caerá a alguien bien, si hará amigas, ¿cómo serán allí las noches? Un nuevo mundo por explorar y Alex no sabe por dónde empezar. Está tan absorta en su pensamiento que no se da cuenta de que tres chicas se están acercando a ella.
-Hola,- una chica le toca el hombro y Alex se gira. Tiene una gran sonrisa en su cara-. ¿Nos podemos sentar?- Alex asiente-. Yo soy Sara y estas son Lennon y Jade.
Cuando se sientan se fija en ellas. Sara es de estatura normal, delgada, el pelo castaño y le llega por la mitad de la espalda. Se fija aún más y ve que tiene un dilatación en la oreja izquierda, al igual que las otras dos chicas. Se toca la suya, pensando que si no le hubieran mandado ahí se habría hecho una. Lleva unos vaqueros pitillos, unas Nike y una camiseta ancha. Lennon es algo más baja, con el pelo rizado por la espalda y va muy parecida a Sara, al igual que Jade, que tiene el pelo algo más corto, liso y con flequillo recto.
-Eres nueva aquí, ¿verdad?- le dice Sara mientras enreda con su comida.
-Sí.
-¿Quién te enseñó todo esto cuando llegaste?- Lennon le mira como si fuera lo más interesante de la cafetería.
-Una chica que se llama Rachel.- Todas se miran y luego vuelven a jugar con la comida, menos Jade que se le queda mirando.
-Yo que tú no confiaba mucho en las palabras de esa chica, no es la mejor de la escuela, por decirlo de alguna manera.
Mira a Rachel, que está sentada encima de una mesa con un par de chicos a su al rededor, entre ellos Cam.
-¿Y qué me decís de ese chico?- lo señala con la cabeza y todas miran.
-¿Cam? Lleva bastante tiempo saliendo con Rachel, es una relación rara.- Alex, en el momento en que ayer él le miró así, pensó que entre ellos podía pasar algo, pero como siempre es una ingenua-. ¿Te habías fijado en él? Siento desilusionarte. ¿Ves a esos chicos de allí?- señala una mesa en la que hay cuatro chicos, totalmente del mismo estilo que las tres nuevas... "amigas" que había hecho-. El de la dilatación y el tatuaje en el brazo, es mío. Bueno, todavía no, pero sé que algún día lo conseguiré.- Sara le sonríe mientras le cuenta todo eso, parece que aquí nadie se da cuenta de que están en un internado deprimente, o es que ya están acostumbrados. Se fija en los cuatro chicos y en ese momento uno de ellos, también con melena como la de Cam, moreno y muy guapo, a decir verdad, mira a Alex y cuando se cruzan sus miradas él le sonríe-. Bueno, ese que te acaba de mirar es Daniel y parece que le has gustado.
Suena el timbre y todo el mundo se levanta y sale de la cafetería. Alex va a su habitación y coge los libros de las asignaturas que le tocan hoy. Su primera clase es historia. Horror, historia un lunes a primera hora. Es la asignatura que más odia.
Entra en clase y ve a Sara sentada sola, leyendo un libro. Cuando Alex entra, su amiga levanta la cabeza y le indica que se siente con ella.
-Que suerte, estamos en la misma clase.- le dice Sara girándose en la silla hacia ella.
-Menos mal, por lo menos conozco a alguien.- Alex sonríe y se gira para mirar al resto de la clase. Al final del todo ve a Rachel y a Cam juntos, tonteando y dándose besitos. Un poco más a delante ves a Daniel, que ya la estaba mirando desde antes de que reparara en su presencia. Él le dedica una sonrisa a la que ella corresponde. En eso momento entra una mujer, no muy mayor, con un libro en la mano y llama la atención de todos.
-Bueno chicos, vamos a empezar la clase de historia. Antes de eso os presento a vuestra nueva compañera,- se acerca a Alex, con una sonrisa- Alexandra. Tratadla bien, como vosotros sabéis e integrarla en el grupo.
Tras todo eso comienza a dar la clase. Alex, como siempre en clase de historia, se aburre y empieza a pensar y sigue recordando aquel día. Su madre le dijo que le enseñara el brazo, pero ella se negó. Intentó subir a su habitación evitando a sus padres pero no lo consiguió. Su padre la contuvo mientras su madre le cogía el brazo y le levantaba la manga de la camiseta. "Hasta aquí hemos llegado." dijo su madre dejando caer su brazo.
Por fin suena la campana de fin de las clases, ha sido una mañana muy aburrida.
-La comida es al aire libre, ¿vienes con nosotras?- dice Sara saliendo de la clase.
-Sí, claro, nos vemos en diez minutos en la entrada.
Antes de ir a la comida quiere ir a la habitación a dejar los libros. Ya han salido todos de clase, o eso cree ella y se apresura por salir como los demás. Alguien le agarra del brazo y le impide salir. Cuando se gira ve que es Cam.
-¿Qué quieres?- Alex aparta el brazo bruscamente.
-No seas así conmigo, solo te quería decir una cosa.- se acerca a ella y le susurra al oído-. Tú y yo tenemos un pasado que nos  une y no de la manera que tú piensas.- al decirle eso tan cerca de su oreja se estremece. Cam se separa y sin decir nada más sale de la clase y Alex le imita aún conteniendo el aliento.

domingo, 19 de agosto de 2012

Capítulo 1.

Capítulo 1.
El día está nublado, no llueve, pero hay mucha humedad. Alex mira por la ventana mientas sus padres la llevan a un lugar al que no desearía ir nunca. Nadie habla, lleva enfadada con sus padres desde que se enteró que la llevaban allí. De pequeña siempre había sido la niña buena que nunca ha roto un plato, pero ha de reconocer que últimamente no es la mejor hija. Sí, es verdad, le lleva bastante la contraria a sus padres, pero ya es demasiado que la estén llevando a un internado. Bueno, vale, también reconoce que lo que pasó hace poco fue un poco exagerado, pero su vida no es la mejor del mundo. 
Por fin llegan al nuevo hogar, si se puede llamar así, de Alex. Sus padres, Anna y Josh, estaban decididos a llevarla, pero ahora que es el momento de dejar a la hija con la que siempre han vivido, reído y llorado se les puede ver en la cara que no es lo que más gracia le hace.
Alex baja del coche, abre el maletero y saca todas sus cosas, va a pasar 9 meses allí y tan solo lleva dos maletas, una con la ropa de invierno y otra con la de verano.
-Bueno cariño, -le dice su madre poniéndole el pelo detrás de la oreja. Nunca le ha gustado que le haga eso, pero está tan es su mundo que todo le da igual.- dentro de dos semanas estaremos aquí para verte.
Sus padres la abrazan, pero ella no hace ni el amago de levantar los brazos. Coge las maletas y se gira para ver qué es lo que el destino le tiene preparado. Es todo tan oscuro, tan lúgubre. Llega a la puerta de lo que debe ser la entrada, pero antes se gira para ver por última vez a sus padres. Ya están montados en el coche y están saliendo del recinto. Cuando finalmente salen, se cierran las rejas y el sonido que hacen es el sonido que encierra a Alex en un sitio en el que cree que jamás va a encajar. Entra por esa puerta enorme y ve un pequeño mostrador, tras el que se ve una pequeña cabeza que tiene la nariz metida en un libro. Antes de que se acerque al mostrador, la mujer que está detrás levanta la cabeza.
-Bienvenida a tu nuevo hogar.- Sus palabras suenan forzadas, tiene la voz ronca, seguro que es de tanto fumar.
-Hola.- Alex la mira sin saber qué hacer y en ese momento suenan unos pasos por un pasillo a su derecha.
-Bien, una loca nueva.- se le acerca una chica, parece de su edad, pero es más bajita que ella. Viene riéndose, como si estar en un internado fuese lo más normal del mundo.
-¿Ya vienes a fastidiar, Rachel?- dice la mujer de detrás del mostrador levantándose con una pequeña curvatura en sus labios-. Ya que pasas por aquí, ¿porqué no le enseñas esto a la nueva y la preparas para las primeras clases de mañana?
La chica que acaba de llegar asiente con la cabeza y coge a Alex del brazo y se la lleva consigo.
-No te asustes si más de uno por aquí al verte te gruñe, mucho son muy renegados.- la mira sonriente, como si fuese lo más normal del mundo-. No suele llegar mucha gente nueva, así que aquí todos nos conocemos, sabemos nuestros trapos sucios. Al final los tuyas se acabarán sabiendo. Por cierto soy Rachel y tú tienes que ser Alexandra, pero te llaman Alex, ¿no?- asiente con la cabeza-. Veo que eres de pocas palabras.
Alex no dice ni una sola palabra, solo escucha a Rachel mientras la lleva por todos los pasillos del internado, le va explicando cómo funcionan las cosas y cuando se van encontrando con gente va contando los trapos sucios, de quién se puede fiar y de quién no.
-Y hasta aquí la visita guiada.- le suelta el brazo y se va en la dirección en la que ha venido-. Ahora explora tú sola.- y se va, así, sin más.
Alex empieza a dar vueltas por el internado sin saber qué hacer, hasta que ve una puerta medio abierta. La abre con delicadeza y asoma la cabeza. No hay nadie, así que decide entrar. Tiene que ser la sala de música porque está llena de instrumentos. Ve un gran piano y se sienta en la silla de madera que hay justo delante. Toca una tecla y mira a su alrededor para asegurarse de que no hay nadie. Nada, no hay monos en la costa. 
Desde pequeña ha tocado el piano y da clases de canto y eso lo único que últimamente le hace sonreír y por el momento tiene pinta de que va a seguir siendo así. Comienza a tocar una de sus canciones preferidas y la empieza a cantar.
"Phone rings 
don't wanna pick it up 
i'm so scared 
i'm gonna say too much 
i tip toe around your questions 
why you gotta dig so deep? "
En ese momento escucha unos pasos hacia ella e inmediatamente deja de tocar.
-No pares por mí, no voy decir nada.- un chico se acerca ella, tiene su edad o un año más, un poco más alto que ella, con un poco de melena rizada y los ojos verdes.
-No es por ti, yo me iba ya.- se levanta rápido de la silla de madera y se apresura para salir de la habitación, pero el chico que la acababa de interrumpir la agarra del brazo impidiéndolo.
-Encantado,- le tiende la mano para saludarla- me llamo Cam.
-Yo soy Alexandra, pero todos me llaman Alex.- le tiende la mano y él se la agarra fuerte, con seguridad.
-Esto es de todos y podemos estar aquí cuando queremos, no hace falta que te vayas, si quieres podemos tocar juntos.- le mira a los ojos con una curvatura en sus labios que hace que ella se estremezca.
-Quizá en otro momento, ahora acabo de llegar y tengo que organizar las cosas.- antes de irse él le dedica una sonrisa a la que ella le responde con otra casi inconscientemente. Tras eso se da media vuelta y se va a su habitación a colocar las cosas y a hacerse la idea de que esto es ahora su nuevo hogar.
Buenas, aquí iré subiendo mi nueva novela. Os haré un resumen sobre de qué va. Es simple, Alex, la principal protagonista, ingresa en un internado, por razones que se irán explicando en los capítulos y también explicaré momentos pasados de su vida. Al llegar allí conocerá a tres chicas, Sara, Lennon y Jade que la irán ayudando para integrarse. También se cruzará con Cam con el que tiene un pasado que ni ella recuerda. Y por último con Daniel, chico con el que tendrá roce. Esta historia no es solo de amor, también habrá un misterio que poco a poco, Alex, tendrá que descubrir. Espero que os guste y por favor decidme en @yotanimperfecta si lo vais a leer. Gracias a todo.